Le week-end (2013) por Roger Michell

París, la ciudad del amor, donde los jóvenes van a pasear por delante de una de las ciudades más encurtidas de arte y moda efímera, que resurge y perece delante de las grandes maravillas que en algún momento, se te pueden pasar desapercibidas por delante. También es el refugio de los sueños de aquellas personas ya mayores, que, un día soplaron un sueño y al final de sus largos días se ven envueltos de sus calles, con el aroma al dulce, con el aire fresco que el Senna acaricia la capital francesa, y si en algún momento te ves impedido de poder darte un gran gusto de comer unas ostras dentro de uno de sus lujosos restaurantes, hazte unas ostras sinpa y veras como la adrenalina se surgirá en unos cuerpos ya pasados por la estrecha y suculenta vida. Aquí es donde viven los sueños una pareja ya mayor, Nick y Meg viviendo un fin de semana con todos sus caprichos, con todas esas pequeñas fechorías que nunca se han permitido por su estatus social dentro de Birmingham (Inglaterra). Dos profesores que ven como terminan su carrera profesional, dentro de una relación que hace tiempo había muerto. Decidiendo salvar sus vidas con una escapada a la gran ciudad del amor. Una visita donde el amor no podrá resolver ni uno de sus problemas, pero hará que revuelva sus conciencias y sus apetitos más íntimos.



Pero esos problemas al mismo tiempo de separarles les ira haciendo una unión que nunca nada ni nadie podrá llegar a romper. Cada reproche surgirá un doble sentido de necesidad, y cada momento tenso se encarnara en una nueva oportunidad de remedirse de cualquier gesto inadecuado, pues la vida no se cuenta por las veces que uno acierta, sino por las que supo reconstruir. Para mi el film es una gran muestra de como las necesidades pueden mucho más que los pequeños gestos que hacemos para acercarnos a las personas que amamos. Una maravillosa cinta aromatizada con los versos que la propia vida te deja en cada uno de tus tropiezos. Y que al mismo tiempo sino los resuelves te encuentras otra vez al principio de un camino que nunca has deseado.

"La inteligencia del amor no es prestar tus ausencias con regalos, sino hacer que nunca se sienta sola."

Nota.-9/10.

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