Terminator: Destino oscuro, un digno film para una saga que hace tiempo finiquito

Mi primera pregunta que me viene a la cabeza es ¿Era necesario que volvieran a traer una nueva entrega de la franquicia de Terminator? Después de ver los resultados en taquilla, no solo en Estados Unidos, Sino a modo global, esta pregunta se torna en un negativo. Pero en lo que es el film en sí, ha dejado de ser una saga, para dar muchos bandazos a una historia, que, a día de hoy, se torna en una trama muy embarrada, y con demasiadas teorías para un mismo propósito, o destino.

Para Tim Miller, el poder hacer que la actriz Linda Hamilton hubiera decidido dar el sí, para poder a encarnar de nuevo a Sarah Connor, 28 años después de la última vez que llego a interpretar al personaje. Es sin duda un éxito a nivel profesional, luego, que el film esté en peligro de llegar a perder 100 millones de dólares con la falta de credibilidad a algo que hace tiempo pereció, pues es un punto negativo a lo que es su segundo trabajo detrás de las cámaras.


Mi segunda pregunta va dirigida a un actor que brillo por su ausencia, Edward Furlong. Nos prometieron que estaría de nuevo en la saga, pero su presencia fue anecdotista, recogiendo el testigo de salvador de todos los humanos, contra las indigentes máquinas. ¿Era ese el punto y final a un actor que los abusos de las drogas y el alcoholismo trunco totalmente su carrera profesional? ¿o fue la bestia llamada Hollywood la que hizo que la vida de esta estrella del cine de los noventa fuera más efímera de lo que realmente pudo llegar a ser?


Terminator: Destino oscuro da el finiquito definitivo a la historia de John Connor, para dar paso a una nueva heroína Dani Ramos, una joven latina que liderará los ejércitos de los humanos contra las maquinas, y que, por un casual, lo hace después que Skinner fuera vencido, llegando unas nuevas formas con el mismo argumento que anteriormente han pronunciado. Para su rescate trae del futuro a una nueva arma, desapareciendo la faceta que nos mostraron en Terminator 3, haciendo que Grace, sea una mujer hibrida, la cual fue salvada de la muerte, convirtiéndola en un híbrido-humano. O como se presenta a sí misma, un humano avanzado.
Dentro de todos los reinicios de la saga, que ya llevan unos cuantos, Terminator: Destino oscuro es la mejor que hemos podido llegar a ver hasta el momento, despues de Terminator 2: El día del juicio final. En lo que se refiere a la recepción del público, ha sido una de las peores paradas, llegando a estar muy por debajo de su antecesora, Terminator Génesis. Un film que llegó a tener una gran acogida en el continente asiático, la cual la dio la credibilidad que tanto en Estados Unidos o Europa no tuvo. Por eso, ese reinicio de la saga sería totalmente cancelado.  Para ver con buenos ojos este nuevo reinicio, tienes que obviar todo lo que has visto en Terminator 3, hasta la fecha de este mismo estreno.

En Terminator: Destino oscuro han conseguido varias cosas que en las anteriores no pudieron sortear, ese principio que no contradice a T-2, el regreso de James Cameron a la producción ha tenido mucho que ver en dar un sentido mucho más lógico; aunque en Génesis ya les dio algún consejo a los productores. La aparición de Linda Hamilton, en modo de despedida a su personaje Sarah Connor, la cual llega a tener un enlace emocionalmente muy profundo con Daniella... y claro está, si John Connor fue el que envió a uno de sus mejores soldados del futuro para que le pudiera defender en e pasado, para esta ocasión, es una mujer que no se dirige como un Terminator, sino como una soldado avanzada en sus facetas orgánicas.

El tándem de Linda Hamilton/Arnold Schwarzenegger sigue funcionando a la perfección casi 30 años después de haber trabajado con los roles de los personajes. Es innegable que el paso del tiempo les ha pasado factura en sus rostros, pero más aún por el de la actriz. La cual la falta mucha más rabia, haciendo un personaje más oscuro que en las anteriores ocasiones, pero abatido por dentro. La química de odio, por parte de Connor por el T800 tendrá una fase más creciente, aunque el por qué ya no hubiera tenido mucho sentido, o al menos que fuera racional.

Si los datos no cambian, estamos ante el final definitivo de la saga. Ese digno final que ya se dio hace 28 años, y que, si se hubiera respetado hasta este momento, hoy a lo mejor, estaríamos hablando en otro tono a ese batacazo que se ha pegado. Pues el film como tal, funciona a la perfección, y es sin duda, la mejor secuela desde Terminator 2: el día del juicio final. Pero la saga ya está muy desgastada.

Nota: 6'5/10.

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