"AIDA" DESDE LA ÓPERA NACIONAL DE PARÍS, EN CINES EN MAYO


Nota de prensa:

A Contracorriente Films y Rising Alternative traen este mes de mayo a la gran pantalla AIDA desde la Ópera Nacional de París, a partir del 19 de mayo.


Las obras de Verdi son conocidas por sus tramas rebuscadas y por las diferentes lecturas que se pueden hacer de ellas. También son característicos los temas tratados: el amor, la política, la religión. AIDA no es una excepción a la regla ya que es una de las obras más importantes del repertorio verdiano.


Representada por primera vez en la Ópera del Cairo en 1871 para celebrar la apertura del Canal de Suez, Aida nos traslada a la fantasía de una Antigüedad reconstruida. En el corazón de la trama se sitúa una elección imposible entre el amor y el deber patriótico: una princesa etíope cautiva y un soldado egipcio traicionan a su pueblo, desafían a un poderoso rival y se unen hasta la muerte. Marcado por el contraste entre una extravagancia teatral y la transición hacia un drama más íntimo y personal, la partitura de Verdi logra distinguir la angustia interna de sus protagonistas del imponente escenario histórico. La obra reúne varios temas muy queridos por el compositor: la nostalgia por una patria perdida, la liberación a través de la muerte, el contraste entre un presente desalentador y otro idealizado en otro lugar, el sofocante poder religioso y político, todos estos factores reguladores en un mundo concebido como una trampa.



Para su debut en la Ópera Nacional de París la escenógrafa holandesa Lotte de Beer opta por lanzar una mirada crítica a la representación europea de los pueblos colonizados, haciendo que nos cuestionemos la relación entre las producciones estéticas del pasado y las del presente.  De hecho, va en línea con el filósofo Edward Saïd quien pretendía demostrar que Occidente estableció su dominio político y cultural de Oriente creando su propia visión imaginaria de este último. En su libro Culture et Imperialisme (1993), mencionó a Aida como un ejemplo de esta dominación ideológica: una visión ingenua de Aida ya no es posible dada la sustancia del drama, que ahora se ve como un reflejo de las perversiones contemporáneas, lo que justifica la eliminación de cualquier referencia directa al Antiguo Egipto.


De Beer decidió trabajar con otros dos artistas para crear una escenografía única. Para crear las pinturas de fondo contó con la artista visual de Zimbabwe Virginia Chihota, quien produjo unas obras basadas en sus lazos familiares e interpersonales de complejas ramificaciones, y con un planteamiento femenino que cuestiona su identidad (uno de los temas de fondo de Aida). También colaboró el especialista en títeres Mervyn Millar quien se encargó de crear las marionetas que duplican a los intérpretes de Aida y Amonasro, dando forma del papel principal a través de obras de arte proyectadas en el escenario. “Usamos el arte como metáfora” —cuenta De Beer— “usamos dos estilos artísticos, los combinamos, y de esa manera contamos el marco de la pieza en sí y establecemos una forma de contar este tipo de historia estilo Romeo y Julieta.”



Por el lado del elenco encontramos un plantel de estrellas: el tenor alemán Jonas Kaufmann en el papel de Radamés, la soprano canadiense Sondra Radvanovsky en el papel principal, la mezzosoprano de Uzbekistán Ksenia Dudnikova en el papel de la rival Amneris, el barítono francés Ludovic Tézier en el papel de Amonasro, el bajista estadounidense Soloman Howard como El Rey, el bajista ucraniano Dmitry Belosselskiy como Ramfis, Alessandro Liberatore como Messaggero y Roberta Mantegna como la Sacerdotisa.


Esta ópera fue grabada sin público el 18 de febrero 2021.

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