SEMINCI LE DEBE UNA ESPIGA DE HONOR A SU DIRECTOR JAVIER ANGULO


Hablar de la SEMINCI, es hablar de la puerta grande hacia la cultura del Séptimo arte, en la ciudad de Valladolid. Una enorme ventana que ha puesto a la capital castellanoleonesa en los planos de turismo de muchas capitales e internacionales. Es una alfombra por dónde muchos cineastas nacionales e internacionales quieren asentar sus pies. Es un refugio dónde todos los colectivos Maltrato a las mujeres, Inmigrantes LGTBI ... tienen un espacio dónde defender sus posiciones y llenarlas de argumentos e imágenes. Es ese gran bastión donde diferentes países de todo el mundo muestran sus culturas y tradiciones. Sus paisajes folclóricos y sus miles de historias dónde te acercan a una sociedad que pide estar más cercana y amable.


De aquí he de decir que no estoy de acuerdo con el antropólogo Marvin Harris cuando señala que el problema está cuando se mezclan las diferentes etnias que hay en el mundo. Ojalá algún día podamos visitar cualquier país dónde se hayan exterminado las guerras el hambre, el odio... Si, el odio a lo que no entendemos, a lo que llamamos moral o ética, y no sabemos que nosotros como ser humano somos la antiética. Nos movemos por impulsos, por necesidades por amor. Esa palabra que usamos sin hablar, pero que despreciamos cuando la nombramos. 

Fernando León de Aranoa, Carmen Machi, Iciar Bollain, Javier Gutierrez, Álex de la Iglesía, Mercedes Sampietro, José Coronado, Emilio Gutierrez Cava, Juliette Binoche o Malcolm McDowell. Espero que algún año, más pronto que tarde, podremos tener a Sean Penn y pueda ver en persona la grandeza de la SEMINCI.

Gracias SEMINCI por hacer que Valladolid tenga un refugio para todo y para todos. De aquí me he de atrever y pedir firmemente que la próxima Espiga de Honor sea para su director, Javier Angulo.




Javier Angulo ha solidarizado el Certamen con todas esas personas y colectivos que están de alguna forma excluid@s de la sociedad. Hizo de un festival que casi andaba como un muerto en vida, en un atractivo para que hoy en día sea lo que es. Como anécdota, de estar casi a punto de desaparecer en la crisis del 2008. Asentándolo como uno de los grandes festivales de Europa, al lado de grandes como Cannes, Zinemaldia o el Festival Internacional de Cine de Venecia.


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