Nota de prensa:
Dentro de la sección Tiempo de Historia de la 69ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), Maria Choustova, Alexander Horwath, Andrei Ujică y Kamal Aljafari, que presentan sus últimas películas dentro de la sección Tiempo de Historia, se han dado cita en una mesa redonda titulada Pensar el cine: recuperando la historia. Los cuatro cineastas cuentan con un gran trabajo a sus espaldas construyendo significado, con diferentes técnicas y reflexiones, a través de las imágenes de archivo cinematográfico.
«Toda imagen filmada se convierte automáticamente en imagen de archivo», ha abierto el debate Maria Choustova, productora de The Invasion y fundadora de la productora Atoms & Void junto a Sergei Loznitsa, su marido y director de la película. Su aproximación, junto a Loznitsa, en la creación de The Invasion ha sido similar a los trabajos previos que han realizado a partir de distintos archivos. «En términos de producción, cuando se trabaja con material de archivo existe un fuerte componente de negociación. A veces se trata de dinero, a veces también de agenda política y censura. Es verdad que existen ciertas cuestiones que hacen que trabajar con este tipo de imágenes sea un poco más impredecible y, quizás, más desafiante», ha reconocido.
Dentro de la sección Tiempo de Historia de la 69ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), Maria Choustova, Alexander Horwath, Andrei Ujică y Kamal Aljafari, que presentan sus últimas películas dentro de la sección Tiempo de Historia, se han dado cita en una mesa redonda titulada Pensar el cine: recuperando la historia. Los cuatro cineastas cuentan con un gran trabajo a sus espaldas construyendo significado, con diferentes técnicas y reflexiones, a través de las imágenes de archivo cinematográfico.
«Toda imagen filmada se convierte automáticamente en imagen de archivo», ha abierto el debate Maria Choustova, productora de The Invasion y fundadora de la productora Atoms & Void junto a Sergei Loznitsa, su marido y director de la película. Su aproximación, junto a Loznitsa, en la creación de The Invasion ha sido similar a los trabajos previos que han realizado a partir de distintos archivos. «En términos de producción, cuando se trabaja con material de archivo existe un fuerte componente de negociación. A veces se trata de dinero, a veces también de agenda política y censura. Es verdad que existen ciertas cuestiones que hacen que trabajar con este tipo de imágenes sea un poco más impredecible y, quizás, más desafiante», ha reconocido.
En relación con esto, Alexander Horwath, director de Henry Fonda for president, profesor y director del Austrian Film Museum de Vienna, ha desentrañado varias cuestiones sobre el debate filosófico que implica el trabajo de archivo, no de una colección personal privada, sino de reunir materiales de distintas fuentes: «Está la cuestión de quién en el futuro encontrará interés, tiempo o lugares para acceder a estos archivos».
Ha reconocido también que en los últimos 30 años se ha vivido un aumento significativo del uso de los llamados materiales de archivo. «Realmente, es una práctica que proviene del cine de vanguardia, porque los documentales más conocidos de los años 50, 60 y 70 no no se basaban en el trabajo con estos materiales, el cinema vérité, por ejemplo».
Una de las cuestiones principales que ha recorrido la conversación ha sido el carácter ensayístico del trabajo con el archivo y cómo, a través de diferentes técnicas de intervención sobre la imagen, como el montaje o las técnicas experimentales, se construye significado a partir de imágenes ya grabadas. Sobre ello, Andrei Ujică, quien mezcla imágenes de los Beatles e ilustraciones superpuestas del artista visual francés Yann Kebbi en su película TWST - Things we said today, ha concluido que, en un trabajo que reinterpreta el conocimiento sobre la Historia, es importante el componente artístico y su fuerza como motor expresivo.
Con una intervención sobre la imagen similar a la de Ujică, Kamal Aljafari, director de A fidai film, ha reflexionado, en relación a su propio trabajo sobre archivo palestino requisado por el Estado israelí, sobre cómo la reapropiación de imágenes puede revertirse a través de la intervención sobre el archivo: «Básicamente, si lo pierdes todo, terminas volviendo a lo que ya se ha filmado. Así ha sido mi intervención, a lo que yo llamaría hacer justicia cinematográfica a la imagen, prestando atención a cosas que no eran el tema principal de los fragmentos que fueron grabados originalmente para volver a evocar espacios o ciudades que ya no existen por medio de remontajes de películas, noticiarios, etc.».
El mensaje que se construye con estas imágenes es, por tanto, tan importante como su búsqueda, según Alexander Horwath: «El ensayista visual busca las rupturas y le gusta presentar el material de archivo como algo extraño. Entiendo que el trabajo de los cineastas de ensayos como nosotros es acceder al archivo y hacerlo extraño de nuevo, porque es extraño. La década de 1920 o el siglo XVI, si eres honesto, es algo diferente en comparación con nuestra experiencia contemporánea, y es importante mantener eso al trabajar con las imágenes».
Las películas de los cuatro cineastas presentes en Seminci dialogan abiertamente sobre cómo hemos construido los relatos a lo largo de los años, y cómo esas imágenes ya existentes pueden reconvertir nuestra mirada alumbrando el presente desde el pasado.
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