Nota de prensa:
Filmin estrena el próximo 5 de septiembre "Fuegos artificiales", el debut cinematográfico del director Giuseppe Fiorello, que rescata una de las tragedias más impactantes y silenciadas de la historia de Italia. Con dos nominaciones a los David di Donatello y basada en el caso de Giarre de 1980, la película reivindica la memoria a través de una historia de amor imposible en la homófoba Sicilia de los años ochenta.
Sicilia, verano de 1982. Mientras los italianos sueñan con ganar el Mundial de fútbol que efectivamente conquistaría la selección nacional, dos adolescentes sueñan con vivir su historia de amor sin miedo. Gianni, acosado por su sexualidad, y Nino, miembro de una familia dedicada a los fuegos artificiales, deberán enfrentarse al rechazo de sus familias y de un pueblo conservador que no acepta su relación.
El caso de Giarre
La película está inspirada en el delitto di Giarre, un doble homicidio que conmovió a Italia el 31 de octubre de 1980. Giorgio Agatino Giammona y Antonio Galatola, conocidos como "i ziti" (los novios), fueron encontrados muertos de la mano en un campo de cítricos, asesinados cada uno por un disparo en la cabeza. Las investigaciones apuntaron a Francesco Messina, sobrino de una de las víctimas, quien tenía trece años y no podía ser juzgado legalmente. Inicialmente confesó que las víctimas le pidieron que las matara bajo amenaza, pero dos días después se retractó, alegando que su confesión fue producto de la presión policial.
Giuseppe Fiorello, el director, se inspira en esta historia para intentar comprender mejor lo sucedido: “La motivación principal era la historia. Eran Toni y Giorgio, y la necesidad de no olvidarlos", explica. Fiorello evita centrar su película en torno a la tragedia y prefiere dedicarse al amor entre estos dos jóvenes en medio de una sociedad marcada por una homofobia estructural, esperando que “esta película pueda devolverles la vida a estos dos jóvenes, al menos un poco".
La Sicilia de los 80
Hombres que se pasan el día en bares, canciones de época en radios chirriantes, y el rumor constante de los ciclomotores componen el paisaje auditivo y social de la Sicilia de los ochenta, marcada por mentalidades arcaicas, mafia, estereotipos y patriarcado, tal como señala el director. El título original, “Stranizza d’amuri”, homenajea además la canción homónima de Franco Battiato, una melodía emblemática sobre una historia de amor en medio de la guerra: “Un amor que no muere a pesar del horror que lo rodea y se mantiene puro y fuerte, persiste”, explica Fiorello.
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