La plataforma de streaming española FILMIN introdujo en su parrilla REBELS, la nueva serie del director danés Mads Matthiesen. Basándose en el caso real de una casa juvenil, situada en el barrio de Nørrebro en Copenhague. En el 2007 cuando el edificio que habría sido ocupado en el 1982 y que sirvió como de actividades juveniles. La estancia de los jóvenes en el edificio condujo a muchas controversias en el barrio hasta que la secta religiosa decide comprarlo. Expulsando y derribando el edificio, el cual a día de hoy todavía no se ha llegado a construir nada, permaneciendo como un solar.
En la década de los noventa tuvo su mayor impulso y auge de los colectivos que permanecían dentro del edificio. Llegando a obtener el permiso por parte del gobierno local para que se pudiera vender bebidas alcohólicas. En un lugar donde la falta de cuidado hizo que este se fuera deteriorando constantemente, sumando las denuncias de los vecinos por el ruido que se iba emitiendo desde este mismo. Calculando un coste de 270 000 €, para que el edificio pudiera ser rehabilitado totalmente. Los vecinos en contra de tal rehabilitación, llegando a declarar que el presupuesto podría llegar a pasar el millón de euros, decidieron no rehabilitarla. Apoyando a los partidos políticos burgueses, los cuales veían un nido de criminales y delincuentes. Hasta que el partido socialdemócrata decide poner el edificio en venta.
El derrumbe de la casa es el significado de como la secta no quería expulsar a los jóvenes del edificio, sino más bien el derrumbar un emblema de la lucha obrera, la cual empezó a finales del siglo XIX. Cuando en el edificio agogía el punto fundamental del movimiento obrero de la capital en aquellos momentos. Al poco tiempo llego a recibir al movimiento feminista, donde se declararía el 8 de marzo como Día internacional de la mujer en Copenhague. Lugar que también recibió las visitas del líder ruso Lenin y Rosa Luxumbergo.
El edificio no llego a tener mucho más uso hasta la década de los años 50. Cuando varias asociaciones culturales y los sindicatos establecieron por un tiempo muy corto. Justo en 1956, cuando construyen una nueva vivienda para acoger al movimiento obrero, está ya quedo totalmente desocupada hasta el año 1978. El grupo de danza folclórica Tingluti compraría la casa, dando muy poco servicio en ella hasta que se decide venderla a la ciudad. Debido al valor histórico del edificio, este cae en desuso, tras intentar establece un supermercado y hasta que una organización activista decide ocupar el edificio, para poder darle una vida sociocultural.
Tras haber ahuyentado a muchos de los compradores, en el 2000, el edificio es vendido a una sociedad anónima, en la que se taparía una secta religiosa. La cual intento entrar en el edificio sin éxito durante el 2002, llegando a llevar a juicio a los ocupas, los cuales fueron desalojados por la policía a la fuerza en el 12 de diciembre del 2007.
Mads Matthiesen nos muestra los últimos días del edificio antes de ser desocupado por la fuerza. A través de una pareja de jóvenes Iben (Thit Aaberg) y Alex (Elias Budde Christensen), los cuales irán agotando todos los recursos para que el desalojo no se lleve a cabo. Mientras luchan, no solo contra los dueños de un edificio que no le hicieron mucho caso después, llegando a derribarlo. Lo hicieron contra los vecinos condicionados por la imagen que estaban dando desde los órganos políticos y la propia secta religiosa.
REBELS va directa a la yugular y no escatima con ninguno de los participantes. Aunque muchas veces tiene un claro enfoque sobre el rema, no llega a posicionarse del todo. Mostrando las carencias de los propios ocupas, al mismo tiempo las trabas de poder conseguir comprar el edificio para ser rehabilitado. Con una familia que a pares desiguales llegan a comprender la lucha de sus hij@s pero no así a entenderla. REBELS es una lucha de poder tener tu hueco en una sociedad que no concede amabilidades con sus discordantes.
Nota: 6´5/10.
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