CAZA DE BRUJAS entre proteger o desmentir nos deja una historia con demasiados clichés

El director italiano Luca Guadagnino recrea un film antiMe too con un cartel lleno de estrellas como es Julia Roberts como Alma Olsson; Ayo Edebiri como Maggie Price; Andrew Garfield como Henrik "Hank" Gibson; Michael Stuhlbarg como Frederik Olsson, el esposo de Alma y Chloë Sevigny como Kim.
Caza de brujas ya empieza con muy mal pie en la propia traducción, la cual, metafóricamente puede tener mucho sentido, pero, literalmente no llega a conectar con Después de la caza. Esta misma indica todo lo que hay después de una sentencia condenatoria contra un profesor. Acusado de haberse propasado sexualmente con una alumna. A raíz de una fiesta en la casa de la profesora Alma Olsson. El profesor Hank decide acompañar a la alumna Maggie Price a su casa. Al poco tiempo, Maggie decide revelar a Alma la agresión sexual de la que fue víctima por parte del profesor Hank. A partir de aquí los fantasmas del pasado vuelven a llamar a Alma. En los que se van revelando todas las verdades y mentiras de una acusación que hizo cuando era una joven contra un amigo de su padre.


Con Caza de brujas me da la sensación de que estoy viendo dos películas al mismo tiempo. Está la visual que nos muestra a una persona retorciendo una historia para acusar a un profesor de un delito sexual. Construida a penas con pocos planos panorámicos, se construye a base de planos medio y medio cortos, realizando una película muy intimista. Con una fotografía impecable, de la que solo en algún momento sale totalmente desenfocados los personajes en escena, sabe cómo poner la lente en cada instante de esta misma. En el argumento se come esa intimidad con un discurso muy de bar o de calle, en el que se va contradiciendo a la hora de romper con todo lo que ha construido visualmente. En el que más allá de mostrarnos las dos caras del movimiento Me too, más bien nos muestra que una mentira muy bien construida, amparada por unas leyes que en muchos casos más que proteger, desprotegen.


Maggie encuentra en la casa de Alma una pieza de su rompecabezas para poder atacar a Hank. Siendo una alumna que muestra un exceso de admiración hacia su mentora Alma. Por la cual empieza a tener una confianza en la que se puede extralimitar en muchas ocasiones, padeciendo de poder ser demasiado intima. La cual rebasa esa barrera entre lo cortes y cercano a lo intimidatorio. Mostrando demasiado unas cartas que vienen totalmente marcadas. De aquí que muestren a dos personas con muchas más cosas en común que a dos lados opuestos, los cuales exhiben una verdad y una mentira sobre todo lo que se ha llegado a mostrar dentro del acoso sexual.

¿Julia Roberts se merece un Oscar por esta actuación?

Al contrario del papel con el que ganó una estatuilla, como Erin Brockovich. En esta ocasión no se la ve tan natural, pasa de la improvisación del personaje a la metódica, en el que se muestra en todo el momento su estudio psicológico de Alma. El cual tiene momentos brillantes y otros en los que distancia de él totalmente. No llega a dar ese toque para poder dar un significado real al film, pero sí que se muestra como un papel complicado, en un reto que la pone en una buena posición. Aunque Ayo Edebiri se muestra mucho más firme dentro del rol de su personaje.

Caza de brujas se pierde en su propio discurso dejando el film en una historia de mucho bar y poca filosofía.

Nota: 4'5/10.

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