El Encuentro de Mujeres Cineastas de Seminci reivindicó la creación colectiva y las posibilidades para la igualdad


Nota de prensa:

La Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) acogió el segundo Encuentro de Mujeres Cineastas el pasado 28 de octubre. El evento, celebrado en el Paraninfo de la Universidad de Valladolid, con la colaboración del Centro Buendía, estuvo dedicado a reflexionar sobre la militancia, la colaboración y el futuro del cine hecho por mujeres. Esta cita, comisariada y moderada por la periodista cultural Begoña Donat, propone un espacio de diálogo que pone en el centro la capacidad transformadora del audiovisual y la manera en que las creadoras han contribuido -y siguen contribuyendo- a repensar la memoria y a abrir nuevas formas de trabajo colectivo y nuevos caminos profesionales y artísticos.


El Encuentro comenzó con la mesa titulada ‘Cine militante’, que reunió a las directoras Judith Colell, Candela Sotos, Amparo Climent e Inés Aparicio. Las participantes abordaron el papel del cine como una herramienta de memoria histórica y compromiso social, así como los retos a los que se enfrentan en un contexto de desinformación y polarización política.



La directora Judith Colell buscó provocar una reflexión y, de alguna manera, incomodar y llamar a la acción con su última película, Frontera, estrenada en la Sección Oficial fuera de concurso de la 70ª Seminci. Según explicó, el largometraje surgió de una propuesta de la productora Marta Ramírez, que la enseñó el guion de Miguel Ibáñez Monroy y Gerard Giménez, un texto que «dialogaba con el presente», al reflejar los procesos migratorios del presente y las heridas sociales que sufrió gran parte de la población tras la Guerra Civil. «En la película, cuando llegan los refugiados, algunos ayudan, otros denuncian y, la mayoría, miran hacia otro lado. La película está dedicada a los que ayudan y, sobre todo, a los que miran, o miramos, en muchas ocasiones, hacia otro lado», afirmó la realizadora.


En el caso de Candela Sotos, directora de Yrupê, presentada en la sección Tiempo de Historia de esta edición de Seminci, el germen de su película nace del descubrimiento de que su tío abuelo, Guillermo Fernández-Zúñiga, se exilió tras participar en las Misiones Pedagógicas durante la Segunda República. «Cuando conseguí acceder al archivo, fue la primera vez que vi en imágenes a españoles en campos de concentración. La memoria es muy necesaria, y este proyecto lo siento como un ejercicio de responsabilidad hacia una memoria histórica colectiva que nos representa a todos», añadió la directora.


La trayectoria de la cineasta Amparo Climent ha estado marcada por el compromiso con la memoria histórica y la defensa de la mujer. Su último trabajo se vuelca en la vida de Dolores Ibárruri. Pasionaria busca visibilizar para las nuevas generaciones y dar voz a un icono del siglo XX. «Cada uno de nosotros debemos hacer un ejercicio de recuperación de la memoria histórica de cualquier persona cercana a nosotros, y para mí esto es una manera de hacer justicia poética en el cine y en la memoria democrática», señaló.


Desde un enfoque más experimental, Inés Aparicio presentó su cortometraje animado La diva, mi abuela y yo, con el que compite en la Seminci. Inspirado en la memoria musical de su abuela, el corto ha contado con la colaboración musical de Rodrigo Cuevas en el proyecto. «Este corto, al servicio de la memoria familiar y colectiva, recupera a la figura del cuplé Lilian de Celis. A través de lo popular y del folclore, se puede hacer mucha militancia», comentó.



Oficios emergentes en el audiovisual: nuevos caminos para la igualdad


Bajo la premisa de que las profesiones emergentes en el audiovisual representan «tierra fértil »para la igualdad de género, el Encuentro de Mujeres Cineastas continuó con una mesa redonda impulsada por el Observatorio de Igualdad de RTVE en colaboración con CIMA. «Hay una serie de oficios que son tierra fértil para las mujeres, porque ahora mismo son tierra de nadie y no están ni masculinizados ni feminizados, por lo que son oficios que podemos construir desde la igualdad», explicó Mercedes de Pablos, presidenta del Observatorio.


Participaron Laura Feyto, jefa de la Unidad de Accesibilidad en TVE; Beatriz Aparicio, jefa de Unidad del Observatorio de Igualdad de RTVE, y Judith A. Riera, especialista en supervisión musical.


La primera de ellos presentó un oficio en plena expansión, el de los especialistas en accesibilidad, «un oficio emergente, que obligatoriamente por ley debe estar presente en todos los medios audiovisuales, por lo tanto va a crecer muchísimo en este tiempo», afirmó. Feyto explicó los tres métodos que, de momento, ofrece RTVE para hacer sus contenidos accesibles a personas con discapacidades: el subtitulado, la audiodescripción y la lengua de signos, con el objetivo futuro de implementar medidas de accesibilidad cognitivas como ofrecer en la página web un telediario más breve con lenguaje accesible.


La responsable de accesibilidad de RTVE aportó como datos 81.000 horas anuales de subtitulado en las nueve cadenas de TVE y el reciente subtitulado de conciertos ofrecidos por el Coro de RTVE en el Teatro Monumental de Madrid, así como 8.800 horas anuales de audiodescripción en TVE, «un arte que no está todavía muy reconocido ni se aprende en la universidad». TV ha implementado, además, la personalización de la interpretación en lengua de signos mediante la tecnología HbbTV. Laura Feyto concluyó: «No tenemos límites, se nos ocurren cosas nuevas constantemente. Es una profesión que está naciendo, por lo que se nos van a ocurrir mil cosas más».



Beatriz Aparicio, jefa del Observatorio de Igualdad de TVE, explicó que su trabajo «permea en toda la corporación de una forma transversal». El Observatorio, creado en 2017, tiene dos obligaciones, según afirmó: «Vigilar que se cumplan los compromisos legales en materia de igualdad y hacer un seguimiento de los contenidos para asegurarnos de que fomentan la igualdad». En 2023, promovieron formación sobre «identificación de sesgos de género en las pantallas e incorporación de la perspectiva feminista, con muy buena acogida».Las nuevas medidas incluidas en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, renovado en febrero 2025, han añadido la incorporación de criterios relacionados con igualdad y prevención de la violencia de género en los procesos de selección de proyectos cinematográficos, explicó.


Sobre el poder del audiovisual, Aparicio fue contundente: «La imagen audiovisual es potentísima, y tenemos que reflexionar sobre lo que se representa, sobre cómo se representa y también sobre lo que no se representa. Los estereotipos no solo son descriptivos, sino prescriptivos. Las imágenes generan realidades, funcionan como mapas visuales que generan procesos de aprendizaje». Y aportó como ejemplos de proyectos filmados con perspectiva de género Rita, de Paz Vega; Cinco lobitos, de Alauda Ruiz de Azúa; La maternal, de Pilar Palomero y Te doy mis ojos, de Icíar Bollaín.


Judit Riera, supervisora musical de películas como Robot Dreams, de Pablo Berger, agradeció el espacio ofrecido por Seminci en el Encuentro de Mujeres Cineastas para los nuevos oficios del cine: «Nombrarlas es dar visibilidad a nuestras profesiones y sobre todo da valor». Explicó que su trabajo consiste en «hacer posible la banda sonora que el equipo de dirección y producción imaginan para su largometraje o serie con el presupuesto disponible. Eso no quita creatividad, suma creatividad muchas veces».


Su trabajo comienza desde el guion, seleccionando qué secuencias llevarán banda sonora original o música licenciada, y sigue con la gestión de derechos, que ella definió como «una aventura detectivesca». Y añadió con pasión: «Me encanta esa parte de averiguarlo, de negociarlo. Hay que sacarle la parte positiva».


Riera reflexionó sobre el cambio en el sector: «Antes, la negociación de derechos era más masculina, más agresiva. Ahora que hay más mujeres tengo otra manera de trabajar, más honesta, más transparente». Y concluyó añadiendo que en casi todos lo proyectos en los que colabora son mujeres las que la llaman para contar con ella en el proyecto: «Entre nosotras estamos dando espacios y nos damos la mano, algo súper necesario».



Complicidades creativas

El Encuentro de Mujeres Cineastas concluyó con la mesa titulada ‘Complicidades creativas’, en torno a la forma de hacer cine en la actualidad y el proceso de cambio que se ha producido en los últimos años, llevando el cine hacia una creación más horizontal, enriquecida precisamente por ese trabajo colectivo.


La mesa se estructuró en torno a dos parejas de creadoras, la directora Mar Coll (premio Goya a mejor dirección novel por Tres días con la familia) y Valentina Viso, guionista que ha trabajado con cineastas como Carla Simón o Borja Cobeaga y, por otro lado, la cineasta Paula Ortiz (premio Pilar Miró a mejor dirección novel en Seminci por De tu ventana a la mía en 2011) y María Zamora, productora de Los días que vendrán o Alcarràs y creadora de la productora y distribuidora de Elástica Films.



Valentina Viso comenzó el debate explicando las diferencias entre la concepción tradicional de la figura del autor y la creación colectiva, reseñando la importancia en su experiencia personal del trabajo con gente cercana: «Nosotras arrancamos en igualdad de condiciones. Aquí no hay un guionista que no quiere saber nada del director, o viceversa. En mi caso, la horizontalidad ha venido de trabajar con amigos». Mar Coll añadió: «Ambas estamos al mismo nivel creativo en la etapa de preproducción. Lamentablemente, en otros proyectos, los guionistas quedan un poco al margen en la fase de desarrollo».


Sobre esta cuestión, Paula Ortiz ha reflexionado sobre el cambio progresivo que se está dando en el mundo del arte, abandonando la tiranía del creador, que podía venir tanto de un director, un productor o un actor: «Ahora perdemos menos energía y, si tienes la paciencia de escuchar, la verdad es que dos cabezas piensan mejor que una. Existe una comunicación muy directa entre nosotras dos; muchas veces la gente evita decir las cosas claras, pero María es muy directa».


Cuando se planteó que la promoción de las películas coloca el foco mediático sobre los directores y los actores, las participantes han defendido la necesidad de entender el carácter colectivo de cualquier producción cinematográfica: «Para mí hay una distancia clara entre el relato que se ve en la promoción de las películas y lo que hay detrás», comentó Mar Coll. Aunque, desde que fue galardonada con el Premio Nacional de Cinematografía en 2024, María Zamora ha sido una cara visible en la defensa del trabajo de los productores, defendió en el encuentro la importancia de respetar el trabajo del director: «Por mucho que yo esté detrás, es una película de Paula Ortiz y eso es lo que creo que debe ser. Muchos productores de mi generación hacemos las cosas pensando en la creación colectiva y teniendo siempre en mente este trabajo horizontal». Paula Ortiz defendió el papel de los productores como creadores de corrientes cinematográficas, ampliando así la definición de autoría sobre las películas. Algo sobre lo que Mar Coll añadió: «El cine español está en manos de los productores. Ellos deciden qué películas se hacen, aunque no sean autores de ellas finalmente; es importante recordarlo».



En relación a su figura como creadoras femeninas, María Zamora reconoció: «He visto dinámicas más beneficiosas para el espacio de trabajo en rodajes en los que hay un modo de hacer que podríamos llamar femenino». Y Paula Ortiz concluyó: «Aparte de una cuestión de género, considero que los cambios en los modos de producción tienen que ver con una cuestión generacional, que arrastra unas sensibilidades distintas. Afortunadamente, las cosas han cambiado pero todo es frágil»



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