Nota de prensa:
El próximo 28 de noviembre, Filmin estrena en exclusiva “Harvest”, el western con tintes de folk horror de la directora griega Athina Rachel Tsangari, productora habitual de Yorgos Lanthimos ("Canino", "Alps") y de Richard Linklater ("Antes del anochecer"). La película se estrenó en el Festival de Venecia, compitiendo por el León de Oro a la Mejor Película, y ganó el Premio Tops de la Crítica ACCEC en el Americana Film Fest. La historia está basada en la novela homónima de Jim Crace, nominada al Premio Booker en 2013 y editada en España por Hoja de Lata bajo el título "Cosecha". El reparto lo encabezan Caleb Landry Jones (“Tres anuncios en las afueras”, "Get Out"), Harry Melling (“Pillion”, "Harry Potter") y Frank Dillane (“Urchin”). Además, el film está producido por la ganadora del BAFTA Rebecca O'Brien, conocida por su trabajo junto a Ken Loach en la productora Sixteen Films.
"Harvest" narra la historia de una aldea rural aislada, de nombre y lugar indeterminados. Es época de cosecha y, a través de Walter (Caleb Landry Jones), vemos como cambia la comunidad con la llegada inesperada de tres personajes extraños: un cartógrafo, un inmigrante y un banquero. El caos se cierne definitivamente con el traspaso de las tierras del cercano señor Kent (Harry Melling), al desconocido señor Jordan (Frank Dillane). Una alegoría enigmática y brutal del capitalismo.
Crear comunidad
La directora, Athina Rachel Tsangari, es una de las mayores exponentes de la nueva ola del cine griego junto a Yorgos Lanthimos. Además de su faceta de productora, mencionada anteriormente, Rachel es conocida por sus anteriores filmes: "The Slow Business of Going" (2000), "Attenberg" (2010) y "Chevalier" (2015). En esta ocasión, su primera vez rodando en inglés, la cineasta ha conseguido juntar a un elenco de ensueño, con nombres tan reconocidos como Caleb Landry Jones (“The florida project”, “Drácula”), Harry Melling (“Harry Potter”, “Pillion”), Frank Dillane (“Harry Potter”, “Urchin”) y Rosy McEwen (“Blue Jean”, “Scarpetta”) a los que se unieron los aldeanos reales del pueblo escocés en el que rodaron, ya que abrieron un proceso de casting en la escuela local.
La simbiosis fue especial y orgánica, según cuenta la directora: “Fue una colaboración muy natural con todos, elenco y equipo como una sola unidad. Vivíamos juntos, trabajábamos juntos, nadábamos, recolectábamos, comíamos, bebíamos juntos. Estábamos forjando una comunidad entre nosotros mientras hacíamos una película sobre la muerte de una comunidad”.
Atemporal, ambigua, pero a la orden del día
Es difícil encasillar “Harvest” en un único género. Rodada en 16 mm y con luz natural, la película es una especie de espejismo: un lugar ambiguo, una época confusa, personajes existencialistas, nadie es ni bueno ni malo. La temática de la pérdida de la tierra y la comunidad es tan actual que Tsangari no quería especificar cuál era el tiempo o el lugar para no caer en ser simplemente una película de época. “Joslyn (guionista) y yo abordamos el guion como una historia moderna: está ocurriendo hoy y en todas partes. Estamos atrapados en este ciclo eterno de pérdida y exilio”, aclara la directora.
Ella lo describe como un western nihilista: “Es un western, pero en este sentido primordial. Normalmente tienes una comunidad invadida por algo, ya sea el mal, o el progreso, o el dinero, y el héroe suele salvar el día. A mí me interesaba un western nihilista donde el personaje forma parte de la comunidad pero, al mismo tiempo, es un forastero. Realmente no pertenece. Hay un desplazamiento en la historia. Luego, al final, toda la comunidad está siendo desplazada, igual que él. No hay redención para él”. Es, en definitiva, un viaje irreal y místico por el que simplemente hay que dejarse llevar.
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