AVATAR: FUEGO Y CENIZA En lo visual emociona... pero en el guion...

Lo que James Cameron da... la taquilla no otorga, es decir: que no va a ser otro gran pelotazo de los estudios Disney, con una franquicia que se repite en el mismo mensaje una y otra vez, al son de darnos un espectáculo visual totalmente impresionante. De aquí que el director James Cameron sabe entender a la perfección, el cómo llegar a crear escenarios bélicos con una precisión totalmente abrumadora; pero que tal vez, en la parte del guion se quede en los cuentos infantiles. En esos que todavía están a punto de descubrir el fuego, o las palabras con las que los seres humanos funcionamos. Esa historia, la cual en su día fue una versión moderna de Pocahontas, la cual ahora deambula por los cines como si fuera una anciana en busca de sus 5 minutos de gloria. Avatar Fuego y ceniza no es un film hueco, tras él hay mucho contenido humanista. En el que te va mostrando que la familia es la que al final terminas eligiendo, es esa que llevas tú en tu corazón y que, aunque los hilos los lazos de sangre nunca se lleguen a quebrantar, ya no cuentan con la misma posición.



Es la historia de duelo y de dolor, de cómo el odio llega a destruir hasta a la persona más inocente, desde la perspectiva del sufrimiento. De cómo podemos llegar a ponernos en peligro cuando no sabemos realmente proteger y respetar lo que somos y a quienes nos rodean. Pero eso es un círculo que llega a abarcar hasta el animal más grande que hay en el film, los cuales se olvidan de mirarse entre ellos, perdiéndose en la moral y las costumbres que no dejan ver a los seres como son. Ya sea en la distancia que esté o en el planeta.

Avatar habrá sobre la fe, pero se olvida en lo más importante, el creer en uno mismo. Buscar respuestas a preguntas que no sabemos formular y que de alguna forma están dentro de cada persona. Somos la naturaleza que creamos, pero sobre todo la que al final destruimos.

Al final de todo el recorrido nos vuelven a mostrar que nadie sabe el sufrimiento de derrochar la sangre sin haberla saboreado.


Avatar es un film para verlo en 3D debido a todos esos pequeños matices que van poniendo hojas al árbol que en Pandora han creado. De hecho, es un film que se pliega por lo visual, cada fotografía cada entorno es un personaje más de la historia. Pero que... como he dicho al principio. Peca de ser una historia contada desde un niño para que pueda entenderla un adulto... A lo mejor esa es la idea del director.


Nota:6/10.

Comentarios