Sin fin, en busca del amor en los viajes a traves del tiempo

Los hermanos Alenda debutan con su primer largometraje, basándose en su anterior cortometraje Not the End del 2014, recuperando la figura de sus dos protagonistas principales, los actores Javier Rey y María León, en la que se llegan a basar en una relación en dos mundos diferentes, a través de los viajes en el tiempo.
Javier y María son dos personas totalmente opuestas, con una personalidad que les llega a separar un muro entre ellos dos; pero que la vitalidad de María, esa fuerza tan arrolladora hará que hasta la persona más fría e indiferente con la relación hacia otras personas, haga que esta se termine fijándose en ella. Consiguiendo derribar esa barrera virtual tan infranqueable.
Pero como bien se suele decir, arrastrar un mueble a lo largo de toda tu vida, al final  te terminara cansando y, vencido por las ilusiones de encontrar a esa persona diferente que María creía ver en Javier, y que al final la termina hundiendo. Sin fin es la historia de cómo conquistar vista a desde dos ángulos diferentes. La primera en la que se conocen y sin más llegan a tener un viaje hacia el sur del país, y la segunda en como una persona que ve que ha perdido a la mujer de su vida, revive ese dicho viaje para volver a encontrar a la mujer tan llena de energía, la cual le llego a ganar totalmente. Aquí es donde empiezo a ver lagunas y huecos que no me llegan a convencer, dentro de la relación que tienen ellos dos.


El sueño de Javier es poder inventar la máquina del tiempo, con lo que llega a conseguirlo y llega a hacer una visita en un posible futuro suyo donde se ve solo, sin la compañía de María, su compañera sentimental que estará sumida en una crisis haciéndola que todo en esta vida se haya convertido en un color grisáceo. En su regreso en el tiempo, Javier convencerá a María para que le dé un día más, y así volver a revivir el viaje donde ellos dos se enamoraron, el día donde se encontraron dentro de un autobús, por el cual empezó una historia hacia las tierras del sur. Ese viaje que trata de las dos visiones de los dos protagonistas en un recorrido hecho en dos épocas distintas, de cómo es ella cuando tiene el Don de mando, a como es él intentando que recuerde como eran en el pasado, para que de alguna forma María recobre esa vitalidad perdida. Con una banda sonora que hará que el film muestre su lado más melancólico.
En la década de los ochenta el director Robert Zemeckis dirigió una de las películas más famosas dentro de los viajes en el tiempo, y como transformar una realidad, sin que se lleguen a adulterar las épocas en las que se trasladan, ni mucho menos que el viajero pueda coincidir con su yo, para que no sufra un trastorno el viajero del pasado o del futuro. En esta ocasión la figura de Javier se contradice totalmente con los viajes en el tiempo, lo cual me llega a tener un conflicto en si he visto un gran fin o todo lo contrario.
Con una fuerte banda sonora amenizada por el sonido de un piano, Sin fin tiene ritmo en todo su recorrido donde se muestra a dos personas totalmente opacas, en un mundo donde de alguna forma se llegan a necesitar. La película es para el público que busque sensibilidad y una historia de amor, donde las lágrimas puedan entenderse con la sonrisa en un final muy a la interpretación de cada espectador. Su plato fuerte es la interpretación de maría león. Actriz que se mete en un papel muy complejo y con muchos giros, en los que ira evolucionando a lo largo a del film, mostrando dos polos opuestos, el de conquistar, y el de ser conquistada. ¿Sucederá este último?

Nota: 6'5/10.

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